- Un llamado a la acción: ¿Mi e-mail pide al lector que haga algo? y si no, ¿para qué lo estoy enviando?
- Diga las cosas inmediatamente: ¿Puede el lector saber de la línea del asunto y la primera oración del mail, de qué se trata mi correo sin leer mas?, de no ser así ¿para qué insistir en que adivine?
- No de nada por sentado: ¿Estoy considerando lo que sabe la audiencia del mail o con lo que creo que deben saber? ¿Estoy escondiendo sin querer algo al lector? y si es así, ¿para qué quiero sorprenderlo más adelante?
- Piense las cosas: ¿Mi e-mail describe mis opiniones y opciones de modo que el lector pueda responder a ellas?, de no ser así ¿por qué estoy tratando de obligarlos a adivinar lo que pienso?
Fuente: Harvard Business Review, http://www.hbral.com//blog/blog.asp?modulo=2&idBlog=22
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