Alejandro Suárez Sánchez-Ocaña/ el mundo.es / 24 de febrero 2012
Foto: cortesía de Startup Marketing Blog. http://startup-marketing.com |
Muchos promotores de proyectos se quejan -e, indudablemente, suele ser con razón- de las dificultades de financiación del momento actual, en el que los bancos o el ICO -www.ico.es- ni están ni se les espera para financiar nuevos proyectos, que habitualmente traen consigo altos riesgos.
Si eres empresario y tienes un hotel de más 100 habitaciones en Marbella, el banco te llamará sin problemas para ofrecerte préstamos ICO, aun incluso si no los necesitas. Pero si no tienes a tus espaldas un patrimonio que aporte seguridad, y estás intentando poner en marcha tu proyecto, podrás visitar muchos bancos, siempre con el mismo resultado: para ellos eres un bulto sospechoso.
Eso nos deja en un escenario en el que permanecer durante meses en busca de financiación puede provocar que se pierda el momento–oportunidad para poner en marcha el negocio, con lo que se acaba desbaratando el foco del proyecto. Por ese motivo hay que animar a los emprendedores a encontrar alternativas creativas. De ese modo se evitaría malgastar más tiempo del necesario buscando financiación, alejándonos del foco de nuestro negocio. Una buena alternativa es buscar ayuda industrial en entidades privadas que apuestan por el éxito de nuevos proyectos emprendedores.
En los últimos años han ido apareciendo lentamente algunas incubadoras y aceleradoras de empresas, que representan una buena opción para acompañar en los primeros momentos los proyectos de los emprendedores.
Es de agradecer que haya iniciativas que no solo aportan socios industriales, sino que además proporcionan conocimiento, servicios a las nuevas empresas, formación y también, en ocasiones, capital, lo que abre nuevos ángulos de visión a los emprendedores. Aunque hay interesantes iniciativas públicas -entre las que caben destacar las de Madrid Emprende o Barcelona Activa-, en mi opinión resulta clave que este tipo de movimientos florezcan desde el sector privado, y que tengan un claro objetivo de rentabilidad empresarial a medio y a largo plazo, lo que evita mantenerlas artificialmente con fondos públicos. En mi sector han ido apareciendo en los últimos años algunas incubadoras como DAD -http://www.dad.es/-, de Rodolfo Carpintier, FDI -http://www.fdinternetmobile.com/ -, de Jorge y Raúl Mata, Cink Emprende -http://www.cink-emprende.es/ -, de Raúl del Pozo, o Mola -http://www.mola.com/es/ -, de Enrique Dubois y Paco Gimeno.
Pero, ¿hay suficientes iniciativas de este tipo? Sé que mucha gente pensará que no, y que debería haber muchas más iniciativas. Yo no creo que sea así, y lo razonaré a continuación.
Estados Unidos es el país de las incubadoras. En algunas zonas del país existen por todos lados. Eso tiene sentido, ya que existen cada año decenas de casos de éxito con los que estas incubadoras obtienen un retorno de capital debido al éxito de las incubadas. De hecho, algunas de las mayores incubadoras norteamericanas se están internacionalizando y lanzando filiales en otros países, aprovechando su 'know how' para captar proyectos. Por ello es necesario instalarlas donde se están formando "hormigueros" de ideas y emprendedores -por ejemplo, en la actualidad, en Israel.
En España todavía no podemos presumir de hormigueros. En otras palabras, aún no tenemos centros de frenética y masiva actividad emprendedora que justifiquen el florecimiento a su sombra de incubadoras y aceleradoras en cada esquina para atenderlas. Aun así, que en los últimos años hayan aparecido algunas, como las anteriormente mencionadas, es una excelente noticia que muchos emprendedores deben aprovechar ante los problemas de financiación, con lo que pueden encontrar nuevas opciones en las que apoyarse y con las de ir de la mano.
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